Hoy voy a darte unos tips que puedes poner en práctica de inmediato para escoger productos más saludables y evitar a toda costa la ‘Comida Procesada’.
Todos sabemos que para tener una alimentación saludable es necesario consumir menos paquetes y comer más comida de verdad.
La razón es que a estos paquetes (también llamados ‘Comida Procesada’) les ponen algo que se llama “aditivos”, que son sustancias que se le agregan a los productos para hacerlos más atractivos en color, olor, sabor, textura y para que duren más tiempo sin echarse a perder.
Me refiero a conservantes, colorantes, sabores artificiales y una lista enorme de químicos que son dañinos para tu salud.
¿Te comiste un helado o un caramelo y te quedó la lengua azul?
Esto es un ejemplo de lo que producen estos químicos, que no solo están en los alimentos sino también en shampoo, cremas, jabones, pasta de dientes y mas cosas de las que te imaginas.
Estos químicos se van acumulando en tu cuerpo como toxinas, para ser más específica en la grasa, haciendo tu metabolismo más lento (por lo que te cuesta más bajar de peso), te hacen sentir cansado, sin energía, dificulta la concentración y pueden causarte hasta depresión.
¿Cuál es el criterio que usas para decidir si un producto es o no es una Comida Procesada o saludable?
Si eres como la mayoría de las personas vas a guiarte por lo que dice el paquete en la parte de adelante. Pero si realmente quieres saber que estás comiendo, voltea el producto y vete a la etiqueta de ingredientes.
En líneas generales trata de que el 80% de tu alimentación venga de fuentes naturales y dentro del otro 20% incluye todo lo demás.
Entiendo que vivimos en un mundo acelerado y dentro del 20% vamos a comprar paquetes. ¡Yo lo hago!
Sigue estas simples reglas y dile no a la ‘Comida Procesada’:
- Lo primero es que el producto no tenga más de 3 ingredientes. Máximo 5.
Ejemplo, la Mantequilla de Mani: Existen unas no tiene un ingrediente, MANI. Y otros tiene 10 dentro de las dentro de los cuales están grasas hidrogenadas, azúcar y colorantes artificiales. Dos productos que a simple viste parecen ser iguales, tienen implicaciones muy diferentes para tu salud. - Lo segundo es que los ingredientes de la etiqueta sean fácilmente reconocibles por ti. Si no los puedes pronunciar y tu cerebro no lo procesa, tu cuerpo tampoco lo hará.
- Por último, el producto debe poder hacerse fácilmente en casa si lo quisieras.
Por ejemplo: Compro salsa de tomate por practicidad, pero si quisiera hacerla en casa podría, pues solo tiene orégano, sal y aceite de oliva.
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